Diario

Viajes del «Adventure» y el «Beagle»

Autor: Robert Fitz Roy
Editorial: Catarata
ISBN: 9788483198117

Reseña

Diario

Introducción y traducción de Armando García González

Ningún viaje en la historia de la ciencia fue tan fructífero para esta como el que entre 1831 y 1836 realizó el HMS Beagle a América del Sur y las islas adyacentes. En él iban, entre otros, el capitán e hidrógrafo Robert Fitz Roy y el entonces incipiente naturalista y geólogo Charles Darwin. Esta famosa expedición permitiría a ambos, así como a todos los que participaron en ella, recoger ejemplares y datos de gran magnitud que produjeron diversos estudios científicos de historia natural; permitió, además, si no completar por lo menos perfeccionar distintos aspectos sobre el levantamiento de esas costas y regiones, estudios hidrográficos, meteorológicos y geográficos. La traducción del diario de Robert Fitz Roy que ahora presentamos nos ofrece el relato de un excelente marino, de un hombre de amplia cultura y relevantes conocimientos matemáticos que se embarcó en una fabulosa aventura que contribuiría a su ruina económica y que, a la postre, influyó en su suicidio. La lectura de este libro supone revivir las experiencias y descubrimientos de un viaje lleno de peligros y disfrutar de las amenas descripciones de los rasgos y costumbres de los pobladores de esos lejanos territorios en la época en que se realizó.


Robert Fitz Roy. Además de un excelente marino, el capitán Robert Fitz Roy destacó por ser un buen hidrógrafo y un relevante conocedor de las matemáticas de su tiempo. Su viaje de exploración por las costas de América del Sur y las islas del Pacífico permitió mejorar las cartas y levantamientos de esas costas, hechos en esas mismas regiones entre 1826 y 1830 por los buques Beagle y Adventure. Tanto en ese viaje como en el posterior, realizado por esos buques comandados por Fitz Roy, se llevaron a cabo importantes descubrimientos meteorológicos y de ciencias naturales —aparte de los de Darwin—, pues el capitán tenía sus propias colecciones y envió a los museos británicos diversos especímenes. Su interés por la meteorología le permitió desarrollar técnicas básicas de previsión meteorológica y diseñar instrumentos, como un barómetro y un termómetro estándar —prototipo de estación meteorológica—; también inventó un sistema de señales y avisos de temporales que salvó muchas vidas en los años siguientes y produjo las primeras previsiones meteorológicas diarias. Fue el primero en ponerse al mando de una embarcación de hélice, encargada por la Armada británica. Como gobernador de Nueva Zelanda, defendió los intereses de los maoríes, lo que le granjeó la antipatía de los colonos ingleses en la zona.