Prisioneros del gran otro
Autor: Jean Allouch
Editorial: El Cuenco de Plata
ISBN: 9789871772605
Reseña
La injerencia divina I
Soldado alpino en el frente italiano, mi padre regresó luego de la debacle a la aldea meridional donde vivía, dedicado al viñedo y al vino, y donde era el único judío. Entonces se unió a quienes quisieron hacerles llegar encomiendas a los prisioneros en Alemania lo más regularmente posible. Yo tenía dos, después tres, después cuatro años.
Ahora tomo el relevo con una primera encomienda para los prisioneros de Dios. Al cual seguirán dos más: Schreber teólogo. La injerencia divina II y Una mujer sin más allá. La injerencia divina III.
Hay fantasmas del Dios muerto que frecuentan determinados lugares estratégicos del análisis, inhibiendo su exploración, perturbando el ejercicio analítico que por ello fracasa. No lo mostramos aquí sino por medio de algunos rodeos, revisitando determinados autores y artistas que, como Lacan, no ignoran que Dios todavía no ha hecho su salida. J. A.
Jean Allouch ejerce el psicoanálisis en París. Asistió a los seminarios de Jacques Lacan (quien fue también su analista) a partir de 1962. Fue miembro de la Ecolé Freudienne de Paris desde su fundación en 1964 hasta su disolución en 1980. Dirigió durante cuatro años la revista Littoral y contribuyó a la fundación de la École lacanienne de psychanalyse en 1985, de la cual fue su director de 1985 a 1989, y ha sido miembro hasta la actualidad. Ha impartido seminarios en Francia, Argentina, Uruguay y México. Jean Allouch nunca ha considerado transmitir una enseñanza sino «interrogar a Lacan desde una posición ni adquirida, ni garantizada de alumno». Propone una lectura de la obra lacaniana privilegiando la dimensión clínica (el ejercicio del psicoanálisis), por encima de la dimensión teórica. Ha sido un acérrimo crítico de las transcripciones de los seminarios de Lacan establecidas por Jacques-Alain Miller, así como de la transmisión del psicoanálisis que éste propone.
Si bien ha establecido algunas relaciones con autores provenientes de la filosofía, en su obra escrita le ha dado una mayor importancia a la literatura, recurriendo a autores como Thomas Bernhard, Kenzaburō Ōe y Yoko Ogawa.