Pasajes escogidos de la correspondencia con los amigos

Autor: Nikolái Gógol
Editorial: Ediciones Sígueme
Materia: Narrativa
ISBN: 84-301-1828-1
Formato: Cartoné, 14,5 x 21,5 cm.
Páginas: 304

Reseña

Hablar de Gógol es hablar necesariamente de narrativa. Desde su obra maestra Almas muertas hasta el resto de sus relatos, San Petersburgo y las gentes que lo pueblan alimentarán su inspiración. La hostilidad de una ciudad poblada de funcionarios de todos los niveles que buscan sobrevivir a cualquier precio presenta un paisaje humano dominado por la hipocresía y la superficialidad. Frente a todo ello, el estilo realista, satírico y mordaz de Gógol se revela como una forma de autodefensa que lucha por liberarse de la asfixiante realidad gris que lo rodea.
En Pasajes escogidos de la correspondencia con los amigos Gógol ofrece sus reflexiones sobre las cuestiones que le inquietan y desnuda su alma insatisfecha ante el lector. No se ve a sí mismo como un simple literato, sino como un guía espiritual del pueblo ruso, alguien que tiene como misión mostrar la verdad y preservar la moral. Al adoptar esta actitud, se integra en una tradición que recorre toda la literatura rusa desde el siglo XVIII hasta la actualidad, y que tiene a Lev Tolstoi como uno de sus grandes exponentes.


Nikolái Gógol está considerado el primer gran narrador ruso y una de las figuras más relevantes de la literatura rusa del siglo XIX. Nacido en Soróchintsy, en la gobernación de Poltava (actualmente en Ucrania) en 1809, muy joven se traslada a San Petersburgo, capital del Imperio, donde consigue trabajo como funcionario público. Allí entabla amistad con el poeta ruso más grande de todos los tiempos, Pushkin, quien le ayudará con su vocación literaria y le inspirará, según confiesa el propio Gógol, una buena parte de sus escritos.
Entonces dará comienzo a su obra maestra, Almas muertas, ejemplo de su estilo realista, satírico y mordaz. De su pluma salen novelas, como la histórica Tarás Bulba; relatos, como los recogidos en sus Historias de San Petersburgo (La avenida Nevski; El capote…); y comedias, como El inspector, que lo daría a conocer al gran público.
Murió el 4 de marzo de 1852 en Moscú.