No lo saben, pero lo hacen
Autor: Jesús Rame / Jordi Claramonte (Eds)
Editorial: Plaza y Valdés Editores
ISBN: 9788417121150
Reseña
Textos sobre cine y estética de György Lukács
Cuando Marx y Lenin se encuentran con el cine y no saben muy bien por dónde tirar, hacen lo mismo que los personajes interpretados por John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction: llamar al Señor Lobo, es decir, György Lukács, que es el único que puede hacer que nos quedemos contentos con los problemas de la mímesis y el reflejo antropomorfizador. El pensamiento estético de György Lukács, pese a ser este uno de los intelectuales marxistas más importantes del siglo XX, no ha recibido, ni de lejos, la atención que merece. Se le ha leído poco y mal, muy mal. Tanto que se le ha acusado a la vez de ser lo mismo un burgués decadente como el filósofo oficial del «realismo socialista». Nada menos. Lukács no tiene nada de ninguna de esas dos figuras. El libro que el lector tiene en sus manos surge de reunir, estudiar y espigar lo más interesante para el análisis fílmico de la obra lukacsiana. A través de sus escritos podemos darnos cuenta de cómo Lukács vio en el cine, desde sus inicios, el nacimiento de un nuevo arte, una nueva belleza. Esto implica que se esfuerza en poner en juego nuevas categorías y en aplicar de forma específica las que ya tenía para el arte en general. Así, para nuestra sorpresa, de su lectura emergen herramientas de reflexión de gran fertilidad para el análisis actual del cine. Ante su invisibilidad, quizá sea un momento oportuno para recuperar, de la mano del autor, una estética relacional que nos regala análisis precisos para una teoría del cine como arte y como ensayo de una vida más inteligente y más digna. Luces, cámara, ¡Lukács!
György Lukács (Budapest, 1885-1971) fue un filósofo húngaro que, gracias a su compromiso político y artístico y desde un profundo estudio del pensamiento marxista, experimentó una gran evolución intelectual. Con el gobierno de Béla Kun en Hungría fue comisario de cultura y con la caída de este tuvo que exiliarse. Recorrió diferentes países huyendo de sus opositores políticos, pero se mordía tan poco la lengua que también se opuso al estalinismo y a parte de las vanguardias artísticas. Desarrolló con su Estética una de las obras más interesantes para la teoría del arte que el siglo pasado haya dado. El mal leído Lukács, y a veces desconocido —lo cual hace su lectura mucho más enriquecedora—, dedicó gran parte de su reflexión teórica al arte, pero siempre jugando un papel activo en la vida cultural y política del mundo que le tocó vivir. Todo esto le convierte, al lado de pensadores como Gramsci, en uno de los intelectuales marxistas más importante del siglo XX.
Jordi Claramonte. Nació en Vila-real en el año 1969. Hacia los 18 años tomó tres o cuatro decisiones juntas (con posterioridad no se sabe que haya tomado ninguna más): estudiar filosofía a distancia, vivir cerca del mar, trabajar en una fábrica y hacerse insumiso al servicio militar. Era mucho lío, así que al final ha tenido que renunciar a la fábrica y al mar. Ha quedado la filosofía, la distancia y la insumisión. El mar lo sigue echando de menos, pero lo mismo le pasa a todo el mundo en Madrid, así que tampoco hay por qué hacerle mucho caso. Como diría Gamoneda: «ha sido escarnecido y olvidado (¿quién no?). Ya no comprende la noche ni el canto de los muchachos sobre las praderas. Y, sin embargo, sabe que algo más grande y más real que él, hay en él, va en sus huesos». Será por eso que escribe libros de estética como La república de los fines (Cendeac, 2016), Estética modal (Tecnos, 2016) y Desacoplados (UNED, 2015). Es, entre otras cosas, profesor de Estética en la UNED.
Jesús Ramé. Nació en una primavera de 1973 en Madrid. Iba para ingeniero pero estaba más tiempo en la Filmoteca y manifestaciones que en la Facultad, con lo que un día se vio trabajando en el cine y en la televisión como montador. A veces viste camisas negras como homenaje a Joan Crawford en Johnny Guitar. Terminó estudios de Filosofía y empezó su obsesión por la experiencia estética fílmica. No se lo pensó y dejó que los niños y niñas se acercaran a explicarle cómo entendían el cine. Todo esto se tradujo en participar en proyectos de alfabetización audiovisual. Con este interés por la pedagogía de la sensibilidad llegó al pensamiento de Lukács, McLuhan, Kaplún, Dewey, Freire, Bergala, Vigotsky o Rodari. Le apasiona dar clases sobre lo que ahora se llama «el audiovisual». Pone en su boca las palabras de Montaigne: «Yo no enseño, cuento». Premio Fernando Gonçalves Lavrador en el IX Congreso Internacional de Cine Avanca (Portugal) 2018 por el texto «Una nueva belleza: Lukács y el cine», fruto de este libro (ver http://www.avanca.org). Actualmente es profesor e investigador en la URJC y en la UNED.