Teología

La usurpación de los papas y otros escritos

Autor: Voltaire
Editorial: El Cuenco de Plata
ISBN: 9789871228812

Reseña

¿Por qué el monstruo de la intolerancia habitó en el fango de las cavernas ocupadas por los primeros cristianos? ¿Por qué de estas cloacas en donde se alimentaban pasó a las escuelas de Alejandría, donde estos medio cristianos y medio judíos enseñaban? ¿Por qué se instaló tan rápidamente en las cátedras episcopales y se sentó en el trono junto a los reyes que se vieron obligados a hacerle lugar, y que muchas veces fueron precipitados por él desde lo alto de sus propios tronos? Antes de que este monstruo naciese, no habían existido guerras religiosas sobre la tierra, ni tampoco querellas sobre el culto. Nada es tan cierto; los más destacados impostores que escriben en contra de la tolerancia no deberían atreverse jamás a cuestionar esta verdad. Voltaire.


Voltaire. François-Marie Arouet (París, 21 de noviembre de 1694 – París, 30 de mayo de 1778), más conocido como Voltaire), fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que perteneció a la masonería y figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana y de la ciencia en detrimento de la religión. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa, en la que ocupó el asiento número 33. Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre todo filosóficos, donde mostró su hipercriticismo. Voltaire no ve oposición entre una sociedad alienante y un individuo oprimido, idea defendida por Jean-Jacques Rousseau, sino que cree en un sentimiento universal e innato de la justicia, que tiene que reflejarse en las leyes de todas las sociedades: la ley debería ser igual para todos. La vida en común exige una convención, un «pacto social» para preservar el interés de cada uno. El instinto y la razón del individuo le llevan a respetar y promover tal pacto. El propósito de la moral es enseñarnos los principios de esta convivencia fructífera. La labor del hombre es tomar su destino en sus manos y mejorar su condición mediante la ciencia y la técnica, y embellecer su vida gracias a las artes.